Siendo
librero es inevitable que pasen por tus manos multitud de libros a
los que no prestas atención (o, quizá lo correcto sería decir, la
debida atención). Es literalmente imposible discernir la calidad de
muchas obras o reconocer tesoros dada la cantidad de títulos que nos
llegan como novedad cada semana. Y aunque a veces una portada
curiosa, un título sugerente o una sinopsis atractiva llaman tu
atención, esto sólo ocurre con alguno de cada muchos.
Indecisión
fue uno de esos muchos, al menos por lo que a mí respecta. La verdad
sea dicha, ni siquiera lo recordaba de cuando salió como novedad en
el año 2007. Su portada quizá sea bonita pero un tanto anodina (una
como tantas otras). Su título, sencillo y nada sugerente. Su
sinopsis… bueno, a mí personalmente no me llama la atención y
creo que no le hace justicia, pero juzguen ustedes mismos:
Dwight
B. Wilmerding sólo tiene veintiocho años, pero ya está en crisis.
Vive en un diminuto apartamento compartido, acaba de perder su
trabajo y no sabe qué rumbo tomar. Siente que no ha encontrado su
lugar en el mundo por su incapacidad para tomar decisiones, hasta que
un amigo le convence de que pruebe una medicina experimental, llamada
Abulimix, que puede curar su abulia crónica. Entra entonces en una
vorágine de decisiones y acepta la invitación de viajar a la selva
de Ecuador con un amor de infancia.
Sin
embargo, el próximo 15 de marzo tendrá lugar un Encuentro de
jóvenes escritores estadounidenses y españoles que reunirá en
el Museo Picasso de Málaga a Benjamin Kunkel con Pablo Aranda y,
dado mi gusto por los escritores norteamericanos, cierta curiosidad
que acostumbran a despertar en mí las primeras obras de autores que
me son desconocidos y la garantía que resulta que sean la Fundación
Germán Sánchez Ruipérez y la revista Granta en Español dos de los
organizadores del evento, me decidí a leerlo.
Imagino
que, si son ávidos lectores, no será necesario que les explique la
gratificación y placer que resultan de la lectura de un libro que
cogen con incertidumbre, del que no saben qué esperar y acaba
resultando una historia que remueve cosas en tu interior, con la que
te sientes identificado y que, cinco años después, sigue estando de
primerísima actualidad (me atrevería a decir incluso que más si
cabe que cuando se publicó hace cinco años). Reflejo de una
generación del Primer Mundo que no encuentra su rumbo, dominada por
la abulia (según la RAE, “falta de voluntad, o disminución
notable de energía”) y criada dentro del capitalismo neoliberal,
Benjamin Kunkel se las ingenia para tratar (a veces sólo tocar, sin
extenderse, pero dando que pensar) temas como la familia, el
divorcio, el aborto, el terrorismo, las drogas, el suicidio o el
incesto, por citar algunos. Pero donde se concentra es en la
incapacidad de los jóvenes de tomar decisiones y encontrar su lugar
en el mundo, prisioneros de un modus vivendi quizá no de su
agrado pero lo suficientemente cómodo, temerosos de salir del
confort y la seguridad de lo conocido para afrontar lo desconocido.
Algo que me ha traído a la mente a los jóvenes antes del 15M,
aquellos que no sabían que otro mundo fuera posible ni se planteaban
que tenían algo que decir, o decidir. Una juventud que era en su
mayoría abúlica y que ya no lo es tanto, donde muchos han
encontrado su lugar cuando han decidido tomar la plaza, luchar por
sus derechos o cambiar las cosas.
Le
pregunté cómo explicaríamos la preponderancia contemporánea tan
extendida de pobreza, nihilismo y otros males que estaban jodiendo la
vida de tantísima gente en el mundo.
-Hay
que echar las culpas a la generación directamente anterior a la
nuestra, dándoles el papel de usurpadores de un régimen antiguo y
honrado. Entonces los liquidamos.
-Pero
a mí me caen bien mis padres.
-Pero
no deberían caerte bien, ahí está el quid de la cuestión.
Es
sólo un fragmento como muestra de lo que les espera si se animan a
leerlo. En este libro no hay temas tabús y Benjamin Kunkel, usando
como metáfora el viaje del protagonista, se preocupa de ponerlos
todos sobre la mesa para radiografiar una generación.
Si
se deciden a leerlo podrán estar más, menos, totalmente o nada de
acuerdo con lo que lean pero, una vez lo finalicen, creo sinceramente
que no podrán negar que se trata de una primera obra muy madura,
valiente, políticamente incorrecta en lo necesario y una excelente
puesta en escena para un escritor que, espero, tenga claro su camino
y esté decidido a seguir escribiendo libros como este.
Bernabé
Naharro Sanz
Librería
Luces
Hola, no saves aca en chile que editorial o libreria lo tiene? pues la destino es española o no? saludos.
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